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Foto del escritorKelly Alejandra Palma Gomez

17.OSTEOMIELITIS

Actualizado: 7 may 2021

La osteomielitis implica la infección del hueso y la médula ósea, habitualmente de origen

bacteriano, aunque puede deberse a hongos, parásitos o virus.


Se puede clasificar según diferentes aspectos:

  • Forma de presentación clínica: aguda, subaguda o crónica.

  • Patogenia: hematógena por contigüidad o por implantación directa.

  • Etiología: bacteriana, fúngica, vírica o parasitaria.

  • Edad: neonatal, infantil o del adulto.

Conozcamos algunos términos los cuales nos ayudarán en la compresión del tema

  • Osteítis supurativa: inflamación de los huesos, generalmente de origen infeccioso bacteriano.

  • Periostitis supurativa: indica afectación del periostio

  • Artritis séptica: implica infección de la articulación de forma aislada, con afectación posterior del hueso, o bien complicación de una osteomielitis o infección de partes blandas adyacentes.

  • Osteomielitis aguda: describe una infección supurativa con manifestaciones clínicas de aparición relativamente súbita.

  • Osteomielitis crónica: es el resultado de una infección aguda, que se resiste al tratamiento

  • Osteomielitis subaguda difusa esclerosante (de garré): describe el resultado de un proceso inflamatorio no supurativo, sin necrosis y pocos síntomas.

  • Involucro: describe tejido óseo neoformado alrededor del hueso desvitalizado.

  • Cloaca: abertura del involucro a través de la cual drenan el tejido de granulación y el secuestro.

  • Fistula: es un trayecto que comunica la piel con el hueso.


Fisiopatología


La osteomielitis es una infección bacteriana que produce un proceso supurativo acompañado de edema, congestión vascular y trombosis de vasos pequeños.

La osteomielitis hematógena típicamente afecta a la región metafisiaria de los huesos tubulares debido a la vascularización de esta zona. Las diferencias en el patrón vascular dependiendo de los distintos grupos de edad explican las diferencias radiológicas y patológicas


  • Patrón del recién nacido: recién nacido y lactante hasta los 12-18 meses, los vasos llegan a la epífisis a través de la metáfisis sin la barrera del cartílago fisario (cartílago de crecimiento). La extensión de la infección a la epífisis puede afectar al cartílago de crecimiento.



  • Patrón infantil: desde 12-18 meses hasta los 16 años, la barrera fisaria condiciona un cambio en el mapa vascular.






  • Patrón adulto: con el cierre de la fisis se restablece la vascularización metafisoepifisaria a través de grandes canales anastomóticos.


Localización

  • Niños: huesos planos o irregulares adyacentes al cartílago, como clavícula, calcáneo o huesos de la pelvis.

  • Adultos: manifestaciones clínicas poco específicas, con localización preferente en columna, pelvis y huesos pequeños.

Etiología

  • Osteomielitis hematógena: casi siempre se identifica un único organismo.

  • Osteomielitis por contigüidad: suelen identificarse múltiples microorganismos.


Diagnóstico

  • Se establece tras identificar el microorganismo en el hueso o por hemocultivo. Osteomielitis hematógena: hemocultivo positivo=biopsia ósea.

  • Osteomielitis por contigüidad: necesaria una biopsia ósea.


Técnicas de imagen

Se utilizan diferentes técnicas de imagen, unas con más frecuencias que otras y dependiendo de distintos factores:



Radiología simple: es la técnica de elección inicial. Pero una de sus limitaciones es que los cambios radiológicos no se detectan hasta 7-10 días desde el inicio de la infección:

  • Signos: 3 días = pérdida del plano graso de los tejidos, 7-14 días = lesión lítica mal delimitada, junto con la metáfisis con distinto grado de eburnación.

  • Reacción perióstica: destrucción ósea en estadios avanzados con patrón geográfico, moteado o permeativo.

  • Absceso de Brodie (osteomielitis crónica): lesión lítica bien delimitada, con ribete esclerótico.


Ecografía: útil para detectar abscesos subperiósticos.

Sirve de guía para la aspiración de líquido o drenaje de abscesos. Los hallazgos pueden demostrarse a las 48 h del inicio de la infección.




Tomografía computarizada: es de escasa utilidad, puede emplearse como guía para biopsia, en caso de pequeños secuestros, afectación cortical.


Resonancia magnética: muestra alta fiabilidad para el diagnóstico de osteomielitis en particular en fase aguda al mostrar restricción de la difusión. Hallazgos: hiposeñal en T1(muestran en forma óptima la anatomía normal del tejido blando y la grasa) y aumento de señal en T2 (muestran de manera óptima líquido y alteraciones).




Medicina nuclear: la gammagrafía ósea es patológica a las horas o pocos días de iniciarse la infección. Se observan falsos positivos en traumatismos, artropatías inflamatorias o neoplasias. El coste y su escasa disponibilidad restringen su uso, aunque es una técnica eficaz.


Formas clínicas

  • Osteomielitis aguda: niños y lactantes, después de la radiología simple es útil la ecografía para valorar la presencia de absceso subperióstico.

  • En adultos después de la radiología simple es útil la RM que ofrece información de la extensión y la actividad de la afección.

  • Osteomielitis subaguda y crónica: es el resultado de una infección persistente, que después de un periodo de latencia se hace activa.


Esta infografía te resume lo visto anteriormente


















Referencias.

  • Pin en BySecologicos. (2021). Consultado el 3 de mayo de 2021 en https://www.pinterest.com.mx/pin/441915782162658549/

  • Información e imágenes.Del Cura Rodríguez, J., Pedraza Gutiérrez, S., y Gayete Cara, A. (2019). Radiología esencial (2ª ed., Págs. 1161-1165). Madrid: Editorial Médica Panamericana.



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